Ley nacional 26.150, bajo un correcto abordaje pedagógico, promueve una instrucción en valores y actitudes relacionados con la solidaridad, el amor, el respeto a la intimidad propia y ajena, el respeto por la vida y la integridad de las personas y el desarrollo de actitudes responsables ante la sexualidad.
El caso de Rosario de la Frontera
Durante la clase de ESI una nena contó detalladamente que cuando tenía 10 años, en diferentes oportunidades, fue objeto de actos de abuso sexual por parte de su abuelo materno. El docente a cargo informó esta situación a sus directivos, tal como lo establece la resolución 546D, que crea el Protocolo de Actuación frente a casos de maltrato, abusos sexuales o violencia de género.
Luego, los directivos de la institución escolar radicaron la denuncia y se inició una investigación, que concluyó con la detención e imputación del acusado, y la Fiscalía solicitó al Juzgado de Garantías interviniente que se mantenga la detención del imputado.
La aplicación de la ESI en Salta
“En la provincia tenemos un marco normativo que lleva a su accionar. Debe haber una enseñanza obligatoria y sistemática de la ESI”, manifestó la referente provincial del programa de ESI en Salta, Elisa Espeche, en diálogo con Salta/12.
Desde el 2019, rige en Salta la resolución ministerial 1004/19, que establece un espacio específico de ESI para los niveles inicial, primario y secundario del sistema educativo.
Según la norma, “la propuesta supera la dicotomía espacio transversal vs espacio específico desarrollando la transversalidad de los contenidos de ESI en una organización institucional que se concreta en un espacio y tiempo claro y visible dentro de la jornada correspondiente a cada institución”.
Aumento sistemático de la denuncia
La directora de Asistencia a la Víctima del Ministerio Público Fiscal de Salta, Matilde Alonso, comentó que progresivamente la ley se va cumpliendo en los distintos establecimientos, sean públicos o privados, y eso se nota dado que percibe un “aumento sistemático de denuncias” que provienen de instituciones educativas y que están relacionadas con violencia, maltrato y abusos.
A modo de ejemplo, la funcionario explicó a Página 12que usualmente son los niños y niñas afectadas quienes lo expresan, a veces recurriendo a la frase: “mi compañera me dijo que…”.
Por tal razón, Alonso destacó que en los espacios de desarrollo de educación sexual integral los niños, niñas y adolescentes “pueden llegar a observarse a sí mismos como víctimas de diferentes formas de abuso sexual” ya que identifican que tienen “un espacio donde ser escuchados y respetados”. Además, logran reconocer que desde la institución educativa pueden esperar una intervención adecuada, que en el caso de Salta se da en el marco de la resolución 546D.
Si bien no hay una estadística diferenciada sobre los casos de abuso que llegan desde las escuelas, ya que se deben cruzar los datos que llegan a todas las Unidades Fiscales de Delitos contra la Integridad Sexual (UDIS), Alonso especificó que hay que valorar y garantizar el cumplimiento del Protocolo de intervención en las instituciones educativas.