El Club La Esperanza, tiene su sede en Fitz Roy 643, fue fundado el 12 de Diciembre de 1932, pero se estima que recién se estableció en este lugar hace 70 años aproximadamente, cuando la familia Vita donó un amplio terreno, de más de 700 metros cuadrados, para que funcionara una entidad deportiva.
Este era un club de clase media. Acá se juntaban para compartir momentos y jugar a las bochas, que era el deporte de la época. Los vaivenes de una institución pequeña, nacida en inmediaciones dominadas por Estudiantes, Independiente, Olimpo y Barracas Central, lo hicieron prácticamente desaparecer en 2006.
En 2013, un grupo de amigos propusieron recuperarlo. Aunque el camino no fue sencillo.pese a que los registros, tanto contables- como libros de actas, desaparecieron, pudieron rastrear la fecha de fundación y recuperar la personería jurídica, y el año pasado (2018) lograr escriturar la sede a nombre del club.
Cuando llegaron estaba todo abandonado, lo único que funcionaba era la cantina de vez en cuando y el cantinero ni siquiera dejaba entrar al que fuera último presidente del club. Tuvieron que llegar a un acuerdo económico con el cantinero para poder comenzar a trabajar en el club. Una vez adentro, hubo que limpiar, refaccionar y también ponerse a realizar las tareas administrativas para recuperar la personería jurídica. Hubo que conformar una comisión directiva, escogida por socios. Más de 30 personas se asociaron para poder lograrlo.
El gimnasio, debajo de un tinglado de 450 mts2 en buen estado y donde también funcionara la de bochas (fue una actividad muy fuerte en la década del ’40 hasta los primeros años de la del ’60), era de tierra. Se llenaron mas de 20 contenedores con la tierra que saco en carretillas y a pala, para poder hacer la carpeta de cemento para que pueda usarse en diferentes actividades.
En 2014 se firmaron convenios con un par de clubes, pero lamentablemente no funcionaron. se tuvo buena voluntad, pero nos encontramos con mucha mezquindad de la otra parte. Estábamos dispuestos a prestar nuestras instalaciones, pero no a ser sucursales. Por ello, la intención de la comisión directiva a fines del 2015 fue promover las actividades propias.
En 2016 de la mano de Daniel Romera se suma al club el Futsal, armando así un equipo que compitió en sus comienzos en la Liga Austral. Ese mismo año La Esperanza salió campeón del torneo y subcampeón de la Copa Bahia Blanca. Las únicas actividades en ese momento eran Futsal y futbol y hockey para chicas y chicos con discapacidad junto con DUBA (Discapacitados Unidos Bahienses)
Ya en el 2017, habiendo sumando mas actividades (parkour y telas con los chicos de Muna y Voley recretivo) además del Futsal, nos propusimos remodelar y modernizar las instalaciones para poder obtener la habilitación definitiva, cambiándole totalmente la cara durante estos últimos años, armando enfermería, baño para discapacitados, salón de usos múltiples de 60 mts2, instalación eléctrica nueva y salida de emergencia acorde a la reglamentación.
En lo deportivo, el Futsal ese año juega en la Asociación Bahiense de Futsal en la segunda división, ganando el torneo de punta a punta y logrando el ascenso a la primera. A fines de año se disputo la Copa Bahia Blanca donde salimos segundos dejando en el camino a grandes equipos como por ejemplo Rosario PB que era el campeón de la primera división.
Ya incluidos en la Liga del Sur como disciplina, en agosto del 2018 el Club La Esperanza se consagro como el primer campeón de futsal de la Liga del Sur habiendo ganado el torneo apertura de primera división, para luego ganarle en la copa de campeones a Olimpo, quien fuera el campeón del torneo clausura. Este año el equipo marcha en la primera división y logro, ganando un hexagonal con los mejores equipos del 2018, el pase a la fase regional de la Liga Nacional, una de las ligas de futsal mas importante del país que da un cupo a la Copa Libertadores de America.
Hoy nos encontramos con alrededor de 150 socios y con dos disciplinas propias del club como Voley y Futsal que cuentan con categorías formativas y mixtas que nos permiten seguir creciendo.