No hay una única fórmula para participar del blanqueo al menor costo posible. Los especialistas varían su recomendación en función del capital, la aversión al riesgo que tenga el inversor, la edad o el tipo de bienes que deba blanquear, entre muchas otras variables. A dos meses ya de iniciado el proceso, sin embargo, el mercado coincide en una serie de definiciones:
1) Para los que deseen blanquear inmuebles, dice César Litvin, socio del estudio Lisicki, Litvin & Asociados, lo más conveniente es esperar hasta último momento, o sea marzo de 2017, para blanquear. La norma prevé que quienes exterioricen inmuebles deben pagar una penalidad del 5%, independientemente si los declaran en 2016 o 2017. Hacerlo en 2017 le permite al inversor especular con una mejora del tipo de cambio, ya que mientras sus inmuebles se valuaron al tipo de cambio del 22 de julio pasado ($ 14,81), si el dólar sube es menos la cantidad de activos que deberá vender para pagarla. Y se supone que en marzo el dólar estará más caro que en diciembre. «Es importante lo de los inmuebles porque muchos tienen que salir a vender alguna propiedad para pagar el impuesto, porque no tienen el dinero en efectivo», explica Litvin.
2) Entre los inversores más conservadores, que tal vez tenían su dinero en cajas de seguridad o en el colchón a tasa cero, lo mismo que para quienes tenían gran parte de sus ahorros en bonos del Tesoro de los Estados Unidos, que rinden muy poco, el bono a siete años de plazo que ofrece el Gobierno es una de las alternativas más atractivas. Comprando el bono, no sólo quedan exentos de pagar la penalidad del 10% que establece el blanqueo, sino que además inmovilizando un tercio de sus activos, pueden exteriorizar todo su capital. El bono paga un cupón del 1% anual, y quienes lo compren no pueden venderlo durante los primeros cuatro años. Por cada peso en bonos, se pueden blanquear tres. «No vas a comprar un bono por 30.000 dólares, porque es más el costo que el beneficio. Pero el un inversor que debe blanquear arriba de los 200.000 dólares y es muy conservador, al bono lo ve con más cariño», ilustra Andrés Edelstein, socio a cargo de impuestos de PWC.
3) Para Raúl Sanguinetti, socio de Baker Tilly Argentina, otra alternativa para pagar menos es exteriorizando los bienes ahora, pero eligiendo la opción de cancelar el 10% mediante el pago de Bonar 17, como prevé la ley. Como el Bonar se puede entregar en marzo del año que viene, y el Gobierno lo toma al tipo de cambio del día anterior, también el inversor puede, al igual que el que blanquea inmuebles, especular con una apreciación del dólar. Porque los bonos, que están denominados en dólares, van a valer más en pesos si el tipo de cambio sube para marzo del año que viene. «Jugás con el tipo de cambio hasta marzo y, en el medio, como ya blanqueaste la plata, la podes hacer rendir. Además los Bonar no están alcanzados por Bienes Personales ni Ganancias», subraya Sanguinetti. El tributarista aconseja además con parte del dinero blanqueado comprar Letras del Banco Central (Lebac), al menos hasta fin de año. «Le bajás un punto y medio al costo del blanqueo con las Lebac. Juego con las dos variables hasta marzo: si se devalúa, pago en Bonar 17, porque tengo una deuda fija en pesos. Si el dólar se queda planchado, las Lebac me aseguran que bajo un punto y medio el costo del blanqueo», explica.
4) Los fondos comunes cerrados aplican, entre tanto, para quienes tienen tal vez un patrimonio mayor, ya que exigen un mínimo de US$ 250.000 para participar. Ya hay cinco fondos aprobados por la Comisión Nacional de Valores (CNV) y una decena en estudio. Los individuos que participan de los fondos no deben pagar el impuesto, pero deben inmovilizar el dinero por cinco años. Los fondos, sin embargo, ofrecen rendimientos en dólares que van del 6 al 15% anual, y que el inversor puede ir cobrando hasta que venza el plazo de inmovilización establecido por la ley. «Los fondos también sirven para un perfil conservador, de alguien que no necesita el dinero por cinco años o que, por ejemplo, no quiere por algún motivo que sus herederos lo gasten», dijo Litvin.
5) Los individuos que tienen conocimiento del mercado financiero, explican los especialistas, se vuelcan en su mayoría por pagar el 10% de penalidad. Pablo Castagna, director de Puente, considera que es preferible pagar el impuesto y disponer el dinero para poder invertirlo, sobre todo considerando que el mercado de capitales local tiene un gran potencial de crecimiento en los próximos años, simplemente si empieza a alcanzar el desarrollo que tuvieron en estos años otros mercados de la región. «Algunas de las alternativas que estamos recomendando para poder ir recuperando el 10% es en bonos provinciales, el de Mendoza 2024 (rinde 6,75%), Neuquén 2021(6,5%), Ciudad de Buenos Aires (5,75%) y el Provincia de Buenos Aires (5,5%). Mientras que entre los bonos corporativos nos gusta el YPF 2024, que ofrece un rendimiento del 6,5% e Irsa 2023, que rinde poco menos de 7», dice Castagna. «En todos los casos vamos por los bonos de mediano plazo, porque creemos que los más largos ya subieron mucho. Entre los soberanos, para un perfil conservador nos volcamos por el 2020, que rinde 4%, o un Bonar 2024 que rinde 4,5%», detalla. Tanto los bonos provinciales como los soberanos están exentos de Ganancias y de Bienes Personales.