• EL NUEVO TOPE MÁXIMO, QUE REGIRÁ DESPUÉS DE LAS ELECCIONES, SUBIRÁ UNOS 11 PUNTOS PORCENTUALES
Una norma del Banco Central, aprobada en estos días, flexibilizó para las compañías “no bancarias” la forma de calcular el techo que deben tener en cuenta en sus financiamientos a través de los plásticos.
El golpe que sienten los supermercados y los shopping, por la caída y la lenta recuperación del consumo en la economía local, podrá ser compensado después de las elecciones con una suba de tasas en el financiamiento que dan con sus propias tarjetas. Hace pocos días, el Banco Central decidió «flexibilizar» la forma de calcular el tope máximo de intereses que deben cobrar los plásticos «no bancarios», y concederles de esta manera un aumento que se estima en los 11 puntos porcentuales.
Las llamadas «tarjetas no bancarias» -entre las que se encuentran hoy Tarjeta Naranja, TarShop, CMR Falabella, Coto y Cencosud- deben respetar actualmente un «techo» que está dispuesto en la ley de tarjetas de crédito (artículo 16). De acuerdo con éste, el interés al que prestan los bancos no puede superar, en más de un 25%, a la tasa que apliquen en sus propios préstamos personales a clientes. Es decir: si por un préstamo personal cobran hoy una tasa del 35% anual, el costo de financiamiento con su misma tarjeta no puede ser mayor al 43,75%.
Para los emisores de plásticos no bancarios, entre los que se encuentran supermercados o shopping (entre otros), la tasa de préstamos personales a considerar como base para el tope era, hasta ahora, un promedio «ponderado» de todo el sistema (que fuera «ponderado» significaba que, para estimarlo, debía ajustarse tomando el monto que se prestaba a cada tasa de interés). Pero, ahora, el Banco Central dispuso que este tope sea calculado con un «promedio simple». Es decir: con la suma de todas las tasas de interés, dividida por la cantidad de productos, sin tener en cuenta los montos colocados.
De esta manera, el nuevo tope será -según calculan los propios directores del Banco Central- alrededor de 11 puntos porcentuales más alto. Y regirá sobre los consumos que se hagan a partir del 1 de septiembre. Con lo cual, por tratarse de operaciones de crédito, recién empezará a impactar en el bolsillo de los consumidores (y en la rentabilidad de los comerciantes) después de las elecciones de octubre. La comunicación «A 6258», aprobada el 16 de junio pasado, determinó que «la tasa no podrá superar en más del 25% al promedio simple de tasas del sistema para operaciones de préstamos personales de mercado abierto (clientela general) que publique mensualmente el Banco Central». La norma fue aprobada en directorio con la presencia del presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, y su vicepresidente Lucas Llach.
Según el organismo, hoy la tasa promedio de préstamos personales que deben considerar los bancos es de 38,81%. El impacto de la norma significaría, de esta manera, un incremento del 48,5% al 62% anual en el techo que deben tomar las tarjetas no bancarias. Para los plásticos tradicionales, que dan los propios bancos, la exigencia no cambiará.
Ambito
IGNACIO OLIVERA DOLL