Hugo Yasky aseguró que esta semana anunciarán cómo será la protesta. «La relación con el Gobierno está en el punto de mayor tensión», aseguró.
Las cinco centrales gremiales con mayor representación analizan medidas de fuerza para protestar contra el veto del presidente Mauricio Macri a la ley antidespidos. Las primeras conversaciones se registraron durante una cumbre sindical que se realizó el fin de semana en Mar del Plata. Y en los próximos días podrían anunciar de qué forma manifestarán su enojo contra el Poder Ejecutivo.
Hugo Yasky, secretario general de una de las CTA, reconoció que durante las últimas 48 horas se pusieron de acuerdo para convocar a sus dirigentes para «definir una acción nacional», que podría ser un acto en Plaza de Mayo o en el Congreso Nacional, pero no un paro como solicitaba la CTA autónoma de Pablo Micheli.
En diálogo con Luis Novaresio en Radio La Red, Yasky aseguró que la relación entre los representantes de los trabajadores y el Poder Ejecutivo Nacional se encuentra en el punto de «mayor tensión» desde que comenzó la gestión de Cambiemos, el 10 de diciembre de 2015.
El gobierno nacional oficializó hoy su rechazo a la ley antidespidos con un decreto en el Boletín Oficial que realizó un pantallazo sobre la situación del empleo en el país. De acuerdo a la mirada de Cambiemos, hace cinco años que no se generan puestos de calidad y la norma impulsada en el Congreso podría desalentar las inversiones.
Luis Barrionuevo, secretario general de la CGT azul y blanca –quizás la central más afín al gobierno nacional- descartó de plano la posibilidad de una huelga aunque reconoció que hay algunas medidas que le preocupan a su sector, como el aumento de tarifas y el cierre de restaurantes y comercios.
«Cuando (Juan José) Aranguren llevó los números (de los aumentos de servicios públicos), capaz el Presidente estaba en otro tema y no prestó atención porque el Gobierno tenía posibilidades de hacerlo gradualmente, pero no lo han tenido en cuenta», graficó.
Pablo Moyano, de la CGT Azopardo, también coincidió en la necesidad de realizar una «gran movilización» y no una huelga, por lo que es muy probable que en las próximas semanas se busque una fecha de consenso.
Las centrales gremiales ya realizaron una protesta contra Macri el 29 de abril. Sin embargo, el sector liderado por Barrionuevo se bajó a último momento porque no quería compartir la convocatoria con sectores peronistas que el gastronómico asocia al «kirchnerismo residual». Ese parecería ser el mismo límite que hoy pone el ex presidente de Chacarita a la hora de sentarse en la mesa de las negociaciones: «No me cabe que el PJ perdedor quiera venir a colarse ahora; cuando nosotros le parábamos a Cristina, estaban todos durmiendo».
Infobae