Según un informe de la UCA el índice de indigencia pasó de 5,3% de diciembre al 6,2% de finales del primer trimestre de este año, por lo que 13 millones de habitantes se encuentran en esa situación, mientras que otras 400 mil personas cayeron en indigencia.
Con duras críticas al Gobierno y con proyecciones preocupantes, fue presentado el «Barómetro de la Deuda Social Argentina» elaborado por la Universidad Católica Argentina (UCA).
De este relevamiento surgió que el índice de indigencia pasó de 5,3% de diciembre al 6,2% de finales del primer trimestre de este año.
En la misma medición, el índice de pobreza creció del 29% al 32,6%, lo que representó que 1.400.000 habitantes hayan caído en la pobreza y de esa manera casi un tercio de la población argentina esté en esa situación.
La escalada inflacionaria, la suba de tarifas y la ineficacia de las medidas de contención social adoptadas por parte del Gobierno de Mauricio Macri acrecentaron los alarmantes índices de pobreza e indigencia.
El informe advirtió que más de dos millones de hogares no cuentan con tarifa social, ni subsidios, pese a que atraviesan un período crítico y son altamente vulnerables.
El crítico documento de la UCA advierte acerca de la existencia de un sector de la población con «mayor riesgo» frente el aumento de precios, el tarifazo en servicios y el proceso recesivo, ya que no se encuentra incluído en planes sociales o cuentan con subsidios.
«Esta masa de segmentos de clase media baja o sectores populares constituyen los nuevos pobres que emergen de medidas normalizadoras adoptadas por el actual gobierno», alerta el resumen elaborado bajo la dirección del sociólogo Agustín Salvia, al frente del Observatorio de Deuda.
Agrega: «Es factible que el Gobierno necesite ganar tiempo para que la economía comience a crecer y para generar confianza en que un futuro distinto es posible, sin embargo, muy poco se logrará si no hay una distribución socialmente más equitativa de los costos del ajuste».
En el acto de presentación, Salvia advirtió que «no resulta suficiente» el crecimiento económico para que la realidad social pueda modificarse.
«La falta de estadísticas oficiales confiables de 2007 en adelante privó al Estado de la posibilidad de buscar soluciones estratégicas. Esto lamentablemente sucedió, pero hay que decir que hubo un giro por la reconstrucción del INDEC. Ahora somos escuchados», señaló el especialista.
Según se informó, el relevamiento se elaboró en base a 5.700 hogares y en un universo geográfico de 25 aglomerados urbanos con más de 80.000 habitantes, con especial representación del área metropolitana de Buenos Aires.
Tres de cada 10 hogares de los principales centros urbanos reciben «alguna política social de empleo, transferencia de ingresos o son beneficiarios de programas de asistencia alimentaria».
El documento señala que «el actual escenario fuertemente inflacionario contribuiría a la formación de una nueva capa de pobres. En este marco, cabe preguntarse si son suficientes y están llegando a tiempo las medidas de alivio social adoptadas para los sectores más pobres».
Al exponer el informe, Salvia sostuvo que «se constituyeron nuevos pobres que emergen de medidas normalizadoras adoptadas por el actual gobierno».
«Los sectores medios bajos y la clase obrera integrada se han visto particularmente afectados entre fines de 2015 y comienzos de 2016», agregó.
Alertó que «si en el corto plazo no se logran atenuar los aumentos de precios y no logra reactivar el empleo, difícilmente podrá revertirse la tendencia ascendente que están registrando las tasas de pobreza e indigencia urbana».