Seguidamente, denunció que «ninguna de las acciones» del Ministerio de Mujeres «concluyó en la baja del índice del delito», al mismo tiempo que aseguró que «el pueblo argentino fue testigo de su sesgo ideológico en la defensa discriminatoria de las víctimas«.
«Como resultado de la auditoría interna del Ministerio, se detectó que en el área de la Subsecretaría de Género existía una clara superposición de funciones con distintas agencias gubernamentales que se dedican a la misma tarea», continua el comunicado.
Como justificación a la destrucción de este Ministerio, el Gobierno indicó que seguir adelante con esta área «implicaba un sobremantenimiento de edificios, estructuras y más de 800 empleados, con distintos sueldos», tras lo cual aclaró que ese es «dinero que al Estado argentino no le sobra».
Finalmente, el escrito concluye en que «esta decisión responde» al «compromiso» de la gestión de Javier Milei con «la transformación, eficientización y reducción del Estado, continuando siempre con la defensa y protección de la ciudadanía contra la violencia».
De esta manera, la administración libertaria mostró nuevamente su interés por destruir todo lo que construyeron gobiernos anteriores, en una clara búsqueda por hacer desaparecer al Estado, tal como lo pronunció Milei en su paso por Estados Unidos.