El presidente y la gobernadora salieron ,al parados de una visita al hospital de la localidad bonaerense. La calle está vedada para los cambiemita.
No da para más. El presidente y la gobernadora tienen vedada la calle. Cada día parece un suplicio para el jefe de Estado y su ladera provincial, cuando deben enfrentar el escarnio público tras el desastre económico en que dejan al país tras poco más de 3 años de gobierno.
En esta oportunidad, Mauricio Macri y María Eugenia Vidal debieron escuchar insultos de un nutrido grupo de vecinos de la localidad de Saladillo, en una visita previa al almuerzo que encabezaron en Olivos con los dirigentes “Sin Tierra” de Cambiemos.
“Delincuente” y “vende patria” fueron algunos de los gritos que se escuchan en el video. Pese al escrache, tanto Macri como Vidal siguieron caminando y continuaron con su agenda como estaba prevista.
La agenda incluyó una visita a la empresa Bayá Casal, que se dedica a la producción de semillas y venta de insumos agropecuarios, y luego una recorrida por las obras en la guardia del Hospital Dr. Posadas.
Si bien fue una paseo breve, dado que debían regresar a Capital Federal para el almuerzo en la Quinta presidencial, el Presidente no logró esquivar el mal momento.