El proyecto de los senadores Andrés De Leo, Marcelo Feliú, Nidia Moirano y Ayelén Durán, y que contó con el acompañamiento de los diputados Santiago Nardelli y Gabriel Godoy, fue aprobado por la Cámara de Diputados y es Ley. Ahora resta que el Gobernador lo promulgue.
En la sesión de anoche de la Cámara de Diputados de la Provincia, se aprobó y convirtió en Ley un proyecto de los senadores bahienses Andrés De Leo, Marcelo Feliú, Nidia Moirano y Ayelén Durán, que declara a la ciudad de Bahía Blanca, y al distrito homónimo del cual la ciudad es cabecera, como “Capital provincial del Cooperativismo”.
“La influencia de la inmigración de principios del siglo pasado trajo las ideas que hoy siguen levantando más de sesenta entidades cooperativas”, habían fundamentado los legisladores a la hora de hacer la presentación.
La ciudad cabecera, fundada el 11 de abril de 1828 por el coronel Ramón B. Estomba, cuenta actualmente con más de trescientos mil habitantes y se destaca como un importante polo portuario, industrial, comercial, universitario y cultural. “En el territorio bahiense, que en sus orígenes también abarcaba el espacio geográfico que hoy conforman los partidos de Coronel Rosales, Puan, Tornquist y Villarino, se ha desarrollado un movimiento cooperativo muy pujante y diverso”, dijeron los legisladores.
“La inmigración europea fue difusora en nuestras tierras de sus ricas experiencias cooperativas. En tal sentido es necesario recordar a la Legión Agrícola Militar Italiana que arribó a Bahía Blanca en 1856 con la propuesta de una “agricultura progresista” organizada como empresa cooperativa donde cada uno de sus miembros tenía la libertad de ejercer sus propias actividades rurales”, agregaron.
De la pronta difusión y recepción de los valores y principios solidarios en el entorno bahiense dan fe la constitución de cooperativas de los más diversos tipos. Así pueden mencionarse los casos de: cooperativas de consumo en Ingeniero White (1912), Punta Alta (1913) y Bahía Blanca (1919 y 1920), de cocheros (1918), eléctricas en Ingeniero White (1924), Punta Alta (1926) y Bahía Blanca (1934), de seguros (1923), de crédito mutuo (1926), de camioneros (1932), de tamberos (1932), de pavimentación (1935), de pescadores (1942) y agrícologanaderas (1943), a las que más tarde siguieron cooperativas de matarifes, de almaceneros, de horticultores, de apicultores, de fotógrafos, de repuesteros, de vivienda, cajas de crédito barriales y bancos.
“Además -fundamentaron-, están las experiencias del cooperativismo de trabajo, que desde 1915 a la fecha ha ido desde el estibaje portuario hasta medios de comunicación social, pasando por el inestimable aporte de una cooperativa de estudiantes universitarios en los años de la última dictadura militar”.
A este movimiento cooperativo bahiense que, con sus altas y bajas, suma actualmente más de sesenta entidades locales de primer grado activas, debe sumarse la presencia de sucursales de numerosas cooperativas de alcance nacional.
“En el transcurso de esta historia social de un siglo y medio en el sur bonaerense, los emprendimientos solidarios continuaron brindando todo tipo de servicios, con clara orientación solidaria, con sostenibilidad e innovación, con producción, servicios y consumos responsables, con finanzas éticas y reconocible preocupación por la comunidad”, finalizaron.