En ese sentido, pidió a los presentes “tomar dimensión de la transformación que este proyecto implica para nuestro país”, ya que no sólo implica dejar de importar energía sino también “sustituir trabajo, porque cuando importamos gas estamos importando trabajo”.
Gerez puntualizó que la decisión de construir el gasoducto “es parte de una política de Estado que se inició en 2012 con la recuperación estratégica de YPF”.
También hizo mención a la actual “coyuntura internacional”, signada por la guerra en Ucrania, “con precios que ninguna economía del mundo soporta”.
“No hay país posible sin energía abundante y a precios competitivos”, remarcó en su discurso, para luego participar de las firmas de los contratos con la Unión Transitoria de Empresas Techint-Sacde y las empresas BTU y Esuco.